La Ruta del Café y La Caficultura que nos soñamos.
Madrid, Cundinamarca
Agosto 20 de 2021
Por: Luis Guillermo Echeverri Vélez
Si en Colombia tenemos el café más suave y más aromático del mundo; ¿No sería lo más inteligente, construir un sistema inteligente para sacar provecho de que 22 departamentos pueden producir una exquisita variedad de aromas y sabores, y hacer con ello una verdadera Ruta del café, turística y ambientalista de alta gama, que aporte al desarrollo de oportunidades socio-económicas en las zonas rurales montañosas del país?
El trópico es pura fotosíntesis, y en Colombia lo es, en su mas fuerte expresión exuberante. Colombia está caracterizada por una multiplicidad de micro-climas, micro-suelos, con temperaturas constantes que solo cambian con la altura no con la época del año y por tanto lo único que varía son los regímenes de lluvias y en mucho menor medida la cantidad de luminosidad en días nublados y muy poco en cuanto a las horas de luz en su promedio diario. El otro factor complejo para manejar en una geografía como la nuestra es que las planicies tienen regímenes de lluvia semestrales mientras en las zonas montañosas andinas las temporadas de lluvia tienen regímenes trimestrales, lo cual dificulta la agricultura y la ganadería en las zonas planas sin un manejo de riegos en épocas secas y de canales que conserven aguas a los niveles freáticos deseados en las épocas de sequías.
Por eso nuestra agricultura es diferente a la del resto del mundo. Así es que nuestras laderas son el ámbito perfecto para el cultivo del café y sus complementos, y hay una correlación directa entre la altura y las condiciones del grano que se traduce en características de calidad.
Todo lo anterior para decir que basados en la famosa frase de que; “El buey es lento pero la tierra es paciente”, albergo el sueño y la esperanza, de que aún con los efectos inminentes del cambio climático, seamos como nación, capaces de evolucionar en el modelo cafetero de manera positiva y volver a lo básico en materia institucional.
Pero eso demanda un cambio en la mentalidad con que se maneja la Federación de Cafeteros de Colombia y su relación con el Estado. Requiere un plan que construimos como un sueño desde el BID en el 2009 y qué por pura y legitima politiquería nunca se le dio la oportunidad que merecía. Se trata en pocas palabras de descentralizar nuevamente la Federación Nacional de Cafeteros y revivir el espíritu federativo y cooperativo al empoderar a los comités departamentales dándoles instrumentos para que ellos mismos desarrollen ese sueño de la ruta del café colombiano.
La idea es recuperar el sistema de extensionismo agrícola cafetero que hace años está perratiado, de empoderarlo creando empresas de manejo cafetero que encuentren el numero optimo de predios y extensión que deban trabajar, de manera que una pequeña empresa de jóvenes profesionales en diversas áreas maneje los cafetales mientras el viejo cafetero, pignora su cosecha y recibe seguridad social y mejoras que le pagan por cuidar su tierra y poder hacer las adecuaciones para recibir en su vereda el flujo turístico que traiga la ruta del café.
Si alguien quiere entender nuestra cultura y nuestra distribución sociopolítica, lo resumo: Las zonas cafeteras de Colombia son las más pobladas del país y su cultura es: “Café con Leche, monta en moto, escucha radio, ve La Voz-Kids y se comunica por Face-book”.
Fin. LGEV. V.1 Ag. 21, 2021
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