¿La culpa será del sapo que salta al aire o de la estaca en la que cae y se ensarta?
Foto tomada de: Archivo personal |
Hacienda Caballo Bayo, Octubre 28 de 2019
Luis Guillermo Echeverri Vélez
En la Colombia actual para quienes se
presentan como extrema derecha, todo lo que no sea lo que ellos quieren es el
fin del mundo, su vocalización exagerada da pie para que la tilden de venenosa.
La extrema izquierda peca por ignorancia y resulta esclava de la maldad que
caracteriza su relación perniciosa y permisiva con el crimen organizado. Ambas
extremas se nutren una a la otra para subsistir en un mundo donde el
conocimiento, la ciencia y la tecnología avanzan vertiginosas, mientras la
política se auto condena al oscurantismo y al ejercicio vicioso de la
conducción de la sociedad.
La lucha entre derecha e izquierda
consiste en que cada extrema pretende adueñarse de la verdad sobre la
diferencia entre lo que es correcto y lo que no lo es, entre el bien y el mal.
Y en esa puja de intereses extremistas, a veces individuales, se pierde el
sentido del deber ser y del interés general, se hace relativa la diferencia
entre lo correcto y lo corrupto.
Lucho y lucharé siempre contra el absurdo
destructivo del comunismo, contra el socialismo tan idealista como lejano a la
realidad de la vida, contra la corrupción y el abuso del poder; pero tampoco
puedo ser ciego:
De mi padre, de mi maestro y de Uribe,
aprendí que tenemos la obligación de defender los indefensos, las libertades y
el sistema empresarial respaldado por ahorro, inversión y formación de capital
con lo cual se generan los empleos y se habilita el consumo y se genera la
confianza que mueve la economía.
Además, siempre vi que el obrar de
quienes han sido mi ejemplo, apuntó, sin dubitación alguna a un infinito
contenido de justicia, desarrollo y progreso social.
Su paso por este mundo, y espero que así
sea el de mis hijos, siempre ha llevado el propósito de retribuirle a la
sociedad, de sacar familias de la pobreza y de conformar una clase media sólida
en el país y entre nuestros empleados.
Recordemos en el calor de una elección
afectada por todo tipo de intereses y por quienes por ambición propia apelan a
la dialéctica y a lo indebido validando la participación en política respaldada
por las armas y el crimen, que luchamos contra la ignorancia y la ambición y no
contra los ignorantes y ambiciosos, y que lo que una sociedad nunca puede hacer
es caer en la anarquía, el totalitarismo o el populismo, pues estas formas
destruyen sus principios, sus valores, su moral y el deber que todos tenemos de
cumplir con las obligaciones cívicas que tenemos con la sociedad.
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