LA ENCARNACIÓN DE LA MENTIRA Y EL ENGAÑO

Imagen de Ricardo León




Madrid, Cundinamarca

Enero 6 de 2024


Por: Luis Guillermo Echeverri Vélez
Exdirector del BID 2002 – 2010

Como siempre, Santos le miente al país de manera brutal y descarada. Y si alguien tiene la culpa de que el narcocomunismo esté instalado en el poder, de la degeneración de la justicia y de que la producción, el proceso y comercialización de coca sean la fuente de todos los males en Colombia es Juan Manuel Santos.

Fui testigo presencial de todo esto que voy a relatar: Santos al decir que ayudó a Uribe, como en todo en su vida, sólo se vale del engaño y la patraña que es lo suyo. Santos es la reencarnación del “Bilongo” cubano, un ser al que nunca se le ha podido pillar en una sola verdad.

Gabriel Silva Luján, entonces Embajador, se negó por orden de Santos y por su condición traidora, a “ayudar” a Uribe que fue quien lo nombró Embajador a solicitud de Santos. Primero mandó la razón de que pagarían los abogados, otra trampa premeditada, a la cual Uribe con la honestidad que lo caracteriza se negó rotundamente.

Gabriel Silva Luján descaradamente, tras negar la ayuda diplomática que se le debe a todo ciudadano y más a quien los eligió y los llevó al poder, dijo que lo único que podía hacer era recomendar un abogado que le había ayudado a su familia en un lío de café. Un día en el aeropuerto de Miami cuando Uribe lo quiso abordar, corrió a esconderse como una niña para no dar explicaciones al expresidente.

Silva se lavó las manos como Poncio y Santos nunca defendió a Uribe, aunque si utilizó su legado a conveniencia propia para convencer a americanos y europeos de su utopía de paz.

Que no venga ahora el pastorcito mentiroso a decir que hizo una gestión de “alto nivel”, cuando él opera como la ley del embudo: todo “pa adentro y nada pa afuera”. Santos sólo usa las personas, jamás le ha ayudado a Uribe a nada, y como carece de carisma y no se unta de pueblo, todo en su vida gira alrededor de la mentira y el engaño en función de su propia figuración mediática.

Santos antes de 2010 iba a WDC, al igual que otro expresidente, a decir que Uribe era paramilitar. Yo eso lo sufrí cuando llegué al BID y ese era el chisme que habían armado Santos y sus áulicos.

Santos engañó a Uribe desde que noblemente lo ayudó a lucirse como ministro de Defensa, a cuenta de los logros del Presidente quien le hizo el ministerio.

Santos nada tuvo que ver con el primer mandato de Uribe. Trató ya, a finales de 2005, de acercarse a Uribe tratando de llegarle por medio de sus amistades, incluidos personajes como Luis Alberto Moreno y varios amigos y asesores.

A Santos se lo arrimaron a Uribe, entre otros, Luis Guillermo Vélez y Oscar Iván Zuluaga al formar la Unidad Nacional. Un partido que Santos transformó en la “U” y luego se quedó con él por medio de un saldo de parlamentarios voltearepas.

En 2006 Santos trató de meterse con el famoso J.J. Rendón a la campaña de Uribe, pero Fabio Echeverri los sacó por donde entraron con propuestas propias de su baja condición humana.

Santos usó todo cuanto pudo para engañar a Uribe, con tal de que lo nombrara ministro de Defensa. En ese entonces fingía ser el peor enemigo y contradictor de Chávez, pero por debajo ya tenía andando toda su lisonja.

Sin duda no fue limpia ni justa la manera como Santos preparó a los medios para que olvidaran sus responsabilidades como ministro de Defensa, y para que a su llegada al poder empezaran a desprestigiar a Uribe que fue quien, a pesar de sus limitaciones, lo llevó cargado hasta el poder.

Santos y su hermano, estrellas de la titulación lograron, una vez en el gobierno, mediática y socialmente convertir a Uribe entre las esferas del poder capitalino, en el diablo, para ellos poder pecar. Y así se confeccionó el estupro electoral recurrente del 2010, del 2014 y del 2016.

Santos engañó al país prometiendo la continuidad de la seguridad democrática (ver discurso de agosto 7 de 2010), cuando ya estaba en negociaciones clandestinas desde que era Ministro con las FARC-EP con Cuba y Chávez. Todo con miras a colgarse el Premio Nobel de la Paz, que Pastrana no fue capaz de comprar, pero él sí estaba determinado a conseguir a cualquier costo.

Santos y sus amigotes siempre envidiaron a Uribe, por su determinación de servir, su valor, su rectitud y su honestidad personal.

Y seamos claros: Santos desde que logró la candidatura puso a trabajar a su hermano Enrique, a Frank Perl, Silva, Villegas, Leyva, Eder, y a sus secretarios de “La oficina de Rosales”, con los asesores españoles, el juez Baltasar y Enrique Santiago, y engatusó a Naranjo y otros uniformados con el fin de ablandar las fuerzas armadas.

Todo esto lo presencié siendo director en el BID. Si algo de lo dicho es falso que me lo desmienta alguien en la cara. Ahí están los vídeos, las entrevistas y confirman la secuencia de los hechos relatados.

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Santos, Silva, Makled, Chávez, Arias. Historias que yo debería tener en el olvido pero que el lucimiento mentiroso me obligan a revivir. Y alguito sobre María del Pilar Hurtado y Odebrecht:

 1.⁠ ⁠En 2001, antes de mi Gobierno, fueron asesinados unos trabajadores de la Drummond.
 2.⁠ ⁠Ya de exPresidente, mientras dictaba clase en la Universidad de Georgetown, ONGs de izquierda me acusaron por el hecho ante un juez de los Estados Unidos y me citaron a un testimonio.
 3.⁠ ⁠El Embajador Silva de Colombia me ofreció que el Gobierno pagaría los abogados, le contesté que de manera ninguna. También rechacé su oferta para que una compañía extranjera de negocios de café, en la cual el Embajador tenía intereses, pagara esos servicios profesionales. Me extrañó el tema porque el Dr Silva había sido Presidente de la Federación de Cafeteros.
 4.⁠ ⁠Como lo ha recordado el exPresidente Iván Duque, quien me acompañaba, por sugerencia del Dr Luis Alberto Moreno, entonces Presidente del BID, en el caso me representó el abogado Gregory B Craig, quien había sido el asesor jurídico del exPresidente Obama. Además, el Dr Luis Guillermo Echeverri estuvo conmigo en muchos de estos episodios.
 5.⁠ ⁠La Drummond me ayudó con los cuantiosos honorarios. La demanda era contra esta compañía por hechos que nada tuvieron que ver con mi Gobierno. Así le informé al país en entrevista de Blu Radio.
6.⁠ ⁠El Dr Silva, en el periódico El Tiempo, afirmó que el pago de Drummond al abogado fue para retribuir los “favores tributarios de mi gobierno”. Ante la Fiscalía lo denuncié infructuosamente por esta infamia.
 7.⁠ ⁠Mi tema en los Estados Unidos era de representación judicial, no de gestión diplomática.
 8.⁠ ⁠Makled, preso en Colombia, era conexión de bandidos con el Gobierno Chávez. Sugerí al entonces Presidente Santos que lo extraditara a los Estados Unidos, no a Venezuela donde le aplicarían la fórmula cubana de silencio o muerte. Santos me dijo que con los Estados Unidos no había Tratado de Extradición y que con Venezuela sí. Makled  fue enviado a Venezuela y nunca más se supo de él. No valió recordarle a Santos que durante nuestro Gobierno, sin Tratado, se extraditaron muchas personas a los Estados Unidos, con base en el Código de Procedimiento Penal y en la Convención de Viena. Pero primó el compromiso de Santos con Chávez.
 9.⁠ ⁠Poco tiempo después el Gobierno Santos cambió de teoría, sostuvo que había Tratado con los Estados Unidos y pidió que el exMinistro Andrés Arias fuera enviado a Colombia. Alegaron como sofisma que el Tratado había sido firmado. Ignoraron que esos tratados son actos jurídicos complejos, que sin la ley ratificatoria, que en este caso fue declarada inexequible, son inaplicables.
10.⁠ ⁠Pedí al Presidente Martinelli de Panamá que asilara a María del Pilar Hurtado. En mi presencia le consultó a Santos por el teléfono, quien aceptó. Años después me invitaron  a una reunión social con el Presidente Varela, quien, sin que yo le pidiera explicaciones, me dijo que por presión de Santos envió a María del Pilar Hurtado de regreso a Colombia.
11.⁠ ⁠Lo único que justifica que me hubieran distraído de las dañinas reformas del Gobierno del Presidente Petro es que Santos pueda estar invocando su inmunidad frente al caso Odebrecht.

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